“Enrique Cabrera podrá considerar que está libre porque le han dado una ayuda pero no deja de ser un violento”
Así lo expresó Leticia Latini, quien representa a la ex pareja del asesor gubernamental. El juez Santiago Ortiz lo sobreseyó por el tiempo que transcurrió desde la denuncia. “No podía hacer otra cosa que procesarlo”, cuestionó la abogada.
“Es un violento. Es un funcionario violento. Y no va a dejar de serlo”, sostuvo Leticia Latini al hablar sobre la determinación que tomó en las últimas horas el juez Contravencional y Correccional 1 de Villa Mercedes, Santiago Ortiz de sobreseer a Enrique “Quique” Cabrera.
La ex pareja del asesor del Gobierno provincial, Carolina del Valle Sosa lo había denunciado en mayo de 2018 por violencia de género. Los tres años que transcurrieron desde ese momento fueron el fundamento que tuvo el magistrado para considerar que la causa prescribió.
“Lo voy a apelar obviamente porque eso no significa que no sea un violento. La violencia en el expediente está probada”, planteó la letrada en declaraciones a La Mañana de Dimensión.
Consideró que de “la única forma que el juez podía beneficiarlo era declarando la prescripción de la acción”, porque “las cosas estaban totalmente demostradas en el expediente”.
Al mismo tiempo apuntó a las demoras que hubo para que el ex secretario de Transporte fuera indagado: “No lo encontraron porque no querían, sabían perfectamente que él estaba acá y no en Misiones como decía”.
“No deja de ser violento, podrá considerar que está libre de culpa y cargo porque le han dado una ayuda declarando la prescripción, pero no deja de serlo”, insistió Latini.
En este sentido, explicó que la agresión contra la mujer fue verificada por tres profesionales. “La vieron tres peritos, uno fue el médico de él, uno del Policlínico Regional y otra la médica del Poder Judicial”, precisó.
“Las lesiones solas no se produjeron. El hijo es parte de la causa. Se le tomó Cámara Gesell, y quien intervino declaró que el testimonio fue espontáneo, que existieron las golpizas”, continuó.
Al mismo tiempo, dijo que esperaba la determinación de Ortiz: “Me lo veía venir. Le estaba tirando una soga (por el juez) para sacarlo del fondo del mar. No podía hacer otra cosa que procesarlo. Son lesiones y amenazas agravadas por violencia de género”.